Papás gays en el día del padre

A Mateo y Jorge con infinito amor

Los papás gays que tenemos hijos o hijas, ya sea por adopción, inseminación artificial, subrrogación o de manera biológica con una mujer, también festejamos con Orgullo nuestra paternidad este día del padre.

Y la festejamos porque al igual que los papás heterosexuales amamos nuestra dicha de ser papás, porque al igual que ellos, nosotros también nos enfrentamos a vicisitudes de la vida que nos angustian sobre el futuro de nuestros hijos o hijas, y porque a pesar de todas las circunstancias que se pueden sumar por nuestra diferencia sexual, ejercer nuestra paternidad nos llena de dicha e ímpetu para sacar a nuestra familia adelante, pues el amor de nuestros niños o niñas, sin duda, es un motor muy potente que día a día nos recarga de amorosa energía.

Claro, como en todo, hay claros y oscuros, y en nuestro caso debemos lidiar muchas veces con los prejuicios culturales, que por más avances que hemos tenido en leyes y políticas públicas, los mitos y estigmas sobre la homosexualidad siguen ahí, vigilantes y muchas veces dudando de nuestro amor, de nuestra capacidad para educar a nuestros hijos o hijas, y señalándonos con dedo flamígero por el más mínimo “error” que pudiésemos tener en la educación o comportamiento de nuestros hijos.

La realidad es que nuestras familias, como cualquier otra, enfrentan situaciones propias de nuestros entornos sociopolíticos y culturales. Desde luego que también nos equivocamos, pues ser papás gays no nos permea del error humano.

No obstante, luchamos por darles amor infinito a nuestros hijos o hijas, en el caso de mi marido Jorge y mio, a nuestro hijo Mateo, que amamos por sobre todas las cosas.

Una diferencia, quizá muy significativa, es que la gran mayoría de los papás gays adoptantes que conozco, (que son varias decenas en todo el país y fuera de nuestras fronteras), no tuvimos a nuestros hijos por un error, una borrachera o un descuido, al contrario, fue luego de procesos legales, en el caso de las adopciones, o por medio de métodos de inseminación artificial, que suelen ser muy complicados y no se resuelven en 7, 9 o 10 meses. La gran mayoría de los casos duran más de un año y a veces hasta un lustro.

Esa pequeña, pero gran diferencia, tal vez nos hace valorar sobremanera nuestra paternidad. Y no quiere decir que los heterosexuales no quieran mucho a sus hijos y valoren su paternidad, pero el hecho de padecer tanto nuestros procesos burocráticos para lograr ser papás, es quizá un plus en el significado que le damos nosotros a esta gran experiencia humana de la paternidad.

Por cierto, en México las adopciones por parte de parejas del mismo sexo no han sido el boom desbordante que vaticinaban (con odio de por medio) los jerarcas religiosos cuando lográmos en 2009 el Matrimonio Civil Igualitario en Ciudad de México, con el componente de la adopción.

En la capital del país no llegan a 60 las adopciones por parte de parejas del mismo sexo, siendoo al rededor de 40 las parejas masculinas, mientras que en el resto del país hay estados donde de plano no se ha dado ninguna adopción homoparental.

Y no es que no hayan parejas de dos papás solicitando tener un hijo o una hija en adopción, sino que la burocracia, la falta de un protocolo que permita seguir lineamientos de ley desde las instancias gubernamentales (DIF o Procuradurías), además de prejuicios homofóbicos, provocan que niños, niñas o adolescentes menores de 18 años puedan ejercer su derecho a tener una familia, al tiempo que se niega el derecho a la pater-maternidad a parejas del mismo sexo.

En fin, no hay una cifra exacta de cuantas familias están compuestas por dos papás con hijos o hijas. Tal vez, si los cruces que se han hecho con datos del INEGI en los últimos censos, que indican que hay más de 270 mil familias homoparentales**, el dato es que cuando menos 130 mil pueden estar conformadas por dos papás, sin precisar cómo o bajo qué método lograron su paternidad.

En todo caso, eso es lo de menos. Lo bueno es que esos niños y niñas viven en una familia con todo y las cosas extraordinarias que se pueden vivir, sin dejar de ser realistas que también, como células insertas en las dinámicas contemporáneas, también enfrentan los retos que impone la cultura actual.

Este día del padre del año 2025, expresó una felicitación a todos los papás de la diversidad sexual de mi país que luchan por su amor a pesar de los prejuicios de los entornos sociales que nos rodean, y por el infinito amor a sus hijas e hijos, que muy seguramente están orgullosos de ustedes.

Por último, es preciso decir que la paternidad, más que orientación sexual o identidad de género, tiene amor, solidaridad, comprensión, unión, empatía y mucho, mucho coraje para salir adelante con nuestra adorada familia.

@antoniomedina41

Post Author: Antonio Medina