Familias de la diversidad sexual

Por Antonio Medina Trejo

Se dice que La Familia es la célula básica de la sociedad, y que es la unión de esas células, con su inmensa diversidad, las que conforman el gran tejido social actual. 

Este primer domingo de marzo, los grupos conservadores y antiderechos celebran el día de la familia, pero desconocen a las familias de la diversidad sexual, por ello, es preciso decir lo siguiente: 

Las familias conformadas por personas del mismo sexo o con diversas identidades de género, siempre han existido, ya sea en pareja, con hijos, hijas, adoptados o concebidos mediante métodos de reproducción asistida; y coexisten en la sociedad con leyes que permitan su conformación o sin ellas. 

En ese sentido, las familias de la diversidad sexual son parte de ese gran conglomerado de células que conforman “la gran familia mexicana”, y sus múltiples matices, formas y dinámicas internas, son parte de un país que por antonomasia es diverso y plural en todas sus expresiones sociales y culturales. 

A pesar de los avances en leyes como el Matrimonio Civil Igualitario y los derechos que implican esta propuesta legislativa (que cumple en este mes de marzo 11 años de su aprobación en la Ciudad de México), que ha tenido impacto en 21 estados del país, no han sido las grandes masas de parejas LGBTQ+ que han ido a los registros civiles a casarse y mucho menos han saturado las oficinas del DIF en los estados o las casas hogar (orfanatos) para solicitar la adopción de infantes. 

De acuerdo a datos recientes de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, se han registrado 13 mil 134 parejas del mismo sexo bajo el esquema del matrimonio igualitario de 2010 hasta finales del 2020, es decir, en promedio mil 1200 parejas por año. La cifra llega a poco más de 19 sumando a los estados donde la ley ya se aprobó. 

En el caso de las adopciones, el asunto es mucho más crítico, pues en Ciudad de México sólo se han dado 27 adopciones a parejas del mismo sexo en una década, y en estados como Coahuila y Oaxaca, donde se han registrado este tipos de adopciones, la cifra global no llega a 50. 

Un dato desconcertante frente a los anteriores es que el INEGI, en el censo 2010 registró que existían en México 229 mil familias conformadas por parejas del mismo sexo, de las cuales en alrededor de 170 mil había infantes o más miembros mayores de edad bajo la tutela de algunos de los miembros de la pareja.  

¿Qué quieren decir estas cifras? 

Que el tema de matrimonio igualitario implica, más allá de la historia rosa del amor romántico, una exigencia de derechos sociales que benefician a las familias por el sólo hecho de selo ante la ley, pero por otro, que la realidad social está por encima de los datos estadísticos que brindó el INEGI hasta antes de que se aprobara la ley de matrimonio igualitario en México. 

Frente a ello, tenemos un vacío de información que no nos permite saber datos concretos y realistas sobre las familias de la diversidad sexual en México debido a que en 2020 el INEGI no aplicó en su censo preguntas que reflejaran el número de familias de la diversidad sexual. De tenerlos, nos permitiría una lectura más realista de cuantas familias LGBTQ+ existen en el país y cuáles son sus necesidades. 

Queda claro que para la gran mayoría de personas LGBTQ+ no son temas prioritarios al no abarrotar registros civiles o las oficinas del DIF para acceder a esos derechos. Tal vez esto tenga que ver con temas como el económico, proyectos de vida profesionales o libertad de vivir fuera de los cánones de la vida marital, lo que es muy bueno, y lo importante es que aunque no sea una prioridad para la gran mayoría legalizar sus uniones, la ley esté disponible para quienes deseen acceder a los derechos que implica. 

Un tema que también subyace a la poca demanda de estos dos derechos por parte de personas LGBTQ+ puede ser que la LGBTfobia sigue siendo un flagelo que impacta a las personas de estas poblaciones en la gran mayoría de los estados del país, ya que la violencia, el estigma y la discriminación siguen siendo una realidad que se vive tanto al interior de las familias, como en espacios laborales, escolares, deportivos o en sus iglesias, por lo que las personas prefieren permanecer en clósets, no contradecir a familiares o de plano, vivir vidas libre de ataduras legales. 

Es importante decir que las familias de la diversidad sexual existen y no necesariamente responden al esquema heteropatriarcal. Es común que los gays, las lesbianas, las personas bisexuales o trans conformen familias de elección, donde muchas veces lo que les une son los afectos de amistad y solidaridad, más allá de la atracción sexual. En esas configuraciones familiares, es común que se rompan los estereotipos de género y se privilegien los proyectos de vida, donde lo legal sale sobrando. 

Post Author: anodis