Por infancias libres de violencia LGBTfóbica

Por Pavel Gaona

Tendría unos 8 o 9 años cuando escuché la palabra j0t0. Ya desde mucho antes sabía que era diferente, aunque no sabía exactamente en qué era distinto. Me gustaba juntarme más con las niñas y no me interesaba jugar fútbol.

Debía estar en tercero o cuarto de primaria cuando escuché esa palabra. Y me taladró las sienes. Me provocó un pánico, que aún hoy, 30 años después, me sigue helando la sangre. Quienes la decían la pronunciaban con una mezcla de odio, burla y desprecio que hacía de ella algo terrible.



Poco después vinieron las ofensas homofóbicas de todo tipo. Me decían ‘Simón’, por la canción de ‘El Gran Varón’. Y uno pensaría que esas violencias vendrían de desconocidos o de gente que te odia. Pero llegué a recibirlas de “amigos” y hasta en mi propia casa. 



A esa edad ni siquiera sabía lo que era ser gay o que yo lo era. Solo sabía que esos, “los raritos”, eran motivo de burla. En la tele salían sketches burlándose de ellos. Aunque también había otros: los que salían en películas y terminaban muertos a causa del sida.



Claro que daba pánico ser gay. Y me sentí aliviado cuando, al tener mis primeras novias, eso tal vez significara que esa sombra terrible dejaría de perseguirme. Pero el gusto duró poco, porque cuando llegó la adolescencia me enamoré de mi mejor amigo. 



“J0t0”, “m4ric0n”, “m4rip0s0n”, “volteado”. Crecí con el terror de caminar “torcido” y que se me notara. Intenté por todos los medios disfrazarme para no hacerme merecedor de esas palabras que me daban pánico y me hacían llorar en secreto.

Hoy 3 décadas después, me da mucho gusto ver que, al menos en algunas esferas, las cosas están cambiando. Que las niñas y los niños pueden expresar quiénes son y sus primeros “crushes” inocentes sin tanto pánico como me pasó a mí.



Los niños y niñas tienen uno que otro personaje LGBT+ en series animadas. Tienen series increíbles como ‘Heartstopper’ o películas como ‘Hoy quiero volver solito’, que seguro les harán entender muchas cosas buando brinquen hacia la adolescencia. Tienen otros referentes que ya no significan burla o muerte.

¿A qué viene todo esto? Es más que una simple anécdota por el 30 de abril por cumplir la cuota. Me gustaría que las personas adultas que somos hoy, no pronunciemos esas palabras hirientes ni sigamos perpetuando esos chistes y actitudes que lastiman en silencio.

Seguro tenemos un sobrino o sobrina que es gay, lesbiana, pansexual, trans o asexual. Y si nos escuchan expresarnos con burlas, odio o desprecio, crecerán creyendo que no son merecedores de amor o felicidad.



Espero, y tengo mucha fe, que estemos viendo a las últimas generaciones de personas víctimas de homofobia, lesbofobia y transfobia. Que en el futuro nadie tenga que salir del clóset porque no será necesario.



Nos toca ser esos adultos que rompan esos viejos ciclos. Por todas esas personitas que fuimos, y por las personitas que están hoy a nuestro alrededor. Que las sonrisas reemplacen al miedo y la aceptación al odio. Lo deseo de veras. 


🏳️‍🌈

[Imagen de mí cargando a mi versión infantil creada por Mikey Guy, quien me la regaló hace algunos años ya y me sigue gustando mucho].

Post Author: anodis