¿Y Guerrero pa’cuando?

Por Ricardo Locia

Es inaudito pensar que aún en el siglo 21, la respuesta de los gobiernos siga permeando por un raciocinio religioso y moral. Se supondría que en un estado de derecho, debería existir entre todos sus ciudadanos una equidad de derechos y obligaciones, pero existe una legislatura que excluye las demandas de poblaciones que históricamente han sido invisibilizadas por distintos estructuras de poder, que se resisten en romper paradigmas y dogmas, que a todas luces, el hecho de que no cambien, les beneficia. 

Ningún gobierno y sociedad puede denominarse, bajo el discurso de ‘progresividad’ mientras no cuente con el andamiaje necesario para solucionar las demandas y problemáticas de grupos con características específicas, y no hablo de la construcción de normas especiales, porque el hecho de hacerlo representaría un acto de exclusión y eso es discriminatorio. 

Las poblaciones LGBTI+ del estado de Guerrero no pedimos ni pretendemos que el poder legislativo encuentre el hilo negro; el hilo ha estado ahí desde el año 2009 cuando se debatió por primera vez en México, el derecho incuestionable de una pareja  de personas del mismo sexo puda unirse de manera civil.

La exigencia de conquistar la reforma en el Código Civil del estado de Guerrero, para que reconozca que la construcción de un matrimonio no refiere a la unión de un hombre y una mujer, sino a la vinculación de dos personas para una seguridad social, es en todo sentido una demanda real y no un capricho de una supuesta “ideología de género”. 

Las demandas de las personas de las poblaciones LGBTI+ son en escencia derechos necesarios, derechos humanos. Todos tenemos un nombre que nos identifica, que nos diferencia, que nos hace ser nosotros; imaginen por un momento no tener derecho a la identidad y por ende no tener derecho a la salud, a la educación, al trabajo; esa es la realidad de muchas personas trans. 

La violencia que sufrimos es una violencia sistemática y estructural; existen distintos dispositivos de poder que cuestionan nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestras identidades. La dicotomía de hombre-mujer niega la existencia de cuerpos diversos; la heteronorma, establece que solo existen las relaciones entre hombres y mujeres, y niega los vínculos que también existen  entre dos hombres y dos mujeres. 

El derecho a la identidad, a tener un nombre representa para las personas trans, un reto lleno de obstáculos legales que perpetúan la violencia en sus vidas. La aprobación de la Ley de Identidad de Género, representa para las personas Trans su reconocimiento jurídico y un lugar digno dentro de nuestra sociedad, como cualquier otro ciudadano. 

Los vacíos legales en Guerrero aún con el progreso en las leyes de otros estados, nos colocan a las poblaciones LGBTI+ en un estado de vulnerabilidad. Hablamos de la existencia de una violencia sistemática y estructural, que se ha normalizado entre chistes y mofas. La discriminación a la que nos enfrentamos día a día, nos cruza a todas horas y en cualquier lugar.

El extremo de esta violencia es el asesinato, el homicidio. Escuche por ahí decir, que la muerte de un homosexual, de una persona trans, es nada; hizo eco en mi ser, saber que es cierto. Al no existir el andamiaje necesario en materia penal sobre los crímenes perpetrados hacia las poblaciones LGBTI+, propicia que no existan los protocolos necesarios de atención a la víctima. La tipificación de los crímenes contra las personas que conforman el acrónimo LGBTI+, se hace de carácter necesario, para una atención clara y precisa además de una actuación objetiva y sin discriminación por parte de las instancias procuradora de justicia y todas las que dependan de ellas. 

Muchos dirán que parecemos pericos, que siempre repetimos lo mismo, y lo hacemos porque es nuestra realidad: una realidad que nos duele y nos afecta. Estar callado sería una afrenta a quienes han sido asesinados por su libertad de ser y de amar. Quedarnos callados, representaría estar del lado del opresor. Mientras las cosas no cambien en beneficio de nuestras poblaciones, estaremos diciendo lo mismo, y una y otra vez: 

¿Y GUERRERO PA’CUANDO?

Post Author: anodis