Visibilidad: una posibilidad de existencia

Por Alaín Pinzón

En estos últimos días he pensado mucho en las redes de apoyo, en la red de apoyo de la que soy parte. Pienso en todas esas personas que nos precedieron haciendo comunidad, aquellas personas boteando en medio del “cáncer gay” en los años 80. Aquellos grupos de homosexuales, lesbianas y personas trans que hacían un montón de actividades para ayudar a las personas en los pasillos de las personas en fase de sida y a las personas con VIH en general.

El tiempo nos ha movido a generar nuevas formas de estar en contacto con nuestras redes de apoyo, de platicar, de vernos y hasta de conocernos. Hemos cambiado, todo ha cambiado, incluso la idea de que el VIH es mortal, es limitante y es un “problema”. En estos tiempos en plena era digital las redes sociales juegan un papel importante, las plataformas digitales se han convertido en lugares de acompañamiento y escucha, así como de catarsis incluso.

Es en esas plataformas digitales y redes sociales, en donde me han escrito usuarios acerca de sus dudas sobre el VIH, de cómo se vive con el diagnóstico, del miedo que existe al decirle a sus familias o a sus parejas, incluso algunas personas me han dicho que recién se enteraron de su diagnóstico. Son esos espacios digitales los que en este momento dan confianza y a través del acompañamiento se da confort.

Es ahí en donde la soledad se siente menos y se pueden encontrar respuestas más sinceras. Esa fue una de las razones por las que decidí hacer público mi diagnóstico hace poco tiempo. Antes, nombrarme como persona con VIH me daba terror. Había una revoltura entre tristeza y miedo al señalamiento. Sin embargo, con el tiempo pude existir así, aceptando públicamente que vivo con VIH.

Es en las redes sociales y plataformas digitales en donde últimamente leo que más personas publican su estado serológico. Me alegra mucho leer que cada vez más personas con VIH ven en la visibilidad de su diagnóstico una opción para estar tranquilos, para existir de forma más entera. Sin tantos miedos, sin tantos pretextos, sin esconderse.

Para aquellas personas que viven con VIH y aún no se lo dicen a su familia, que no les han podido decir a sus parejas y a sus amigxs, siéntanse orgullosos de lo que son y de cómo han llegado hasta ese lugar en el que se encuentran, tengan por seguro que existe una red de apoyo para recibirles y sostenerlos en lo que encuentran el equilibrio. 

Algún día estas redes de apoyo no serán necesarias, porque ese día habremos normalizado tanto la conversación acerca del VIH que no temeremos al señalamiento público y al escarnio de pasillo. No temeremos decírselo a nuestras parejas y a nuestras madres y padres, no habrá que quitarle la etiqueta al frasco de antirretrovirales y no temeremos en poner nuestro estatus en las apps de ligue. 

Se lee imposible, pero es mi deseo, es nuestro deseo. No fracasemos en lograr ese anhelo. Dedico este artículo a aquellos que me han escrito, con miedos, con dudas y confesiones. Con ganas de ser visibles. Algún día sentirán la necesidad de públicamente decir “Tengo VIH” y ese día serán más plenos y habrán ayudado a alguien en su misma situación a caminar hacia adelante en la búsqueda de su propio camino.

Post Author: anodis