“La línea rosa” , el libro de Mark Gevisser confronta. Nos confronta.

Por Gabriel Gutierrez Garcia 

“La línea rosa” nos pone a reflexionar acerca de los profundos cambios que se han dado en las últimas 2 décadas a un nivel tan vertiginoso que mucha gente no se ha dado cuenta de ellos.

En 1992 las consignas de la Marcha Lésbico- Gay en el Distrito Federal eran: “No, no señor yo no me casaré así le digo al cura y así le digo al juez”.

En 2023 la Marcha ya no es en el D.F. que es desde hace varios años llamada oficialmente La Ciudad de México y ahora es ya más conocida por las nuevas generaciones como Pride, las más viejas generaciones insisten en decirle Marcha  y ya no es lésbico-gay sino LGBTIQ+.

En 2010 en México se celebraron las primeras firmas de contratos matrimoniales en el antiguo D.F.. Debo de decir que muchas de las personas que trabajamos desde la sociedad civil para que el matrimonio fuera una realidad, aunque teníamos nuestras serías dudas acerca de lo que significaba la “normalización” de las relaciones entre parejas del mismo sexo, por el otro lado no teníamos duda de la implicación en cuanto a derechos que tenían esas medidas tenían.

Hoy a 13 años de que se reconoció el matrimonio igualitario en la Ciudad de México, finalmente en 2022 todos los estados de la República Mexicana ya tienen de manera oficial de una u otra manera la posibilidad de matrimonio igualitario para sus habitantes.

Mark Gevisset señala un aspecto muy interesante de la derecha sobre todo europea y es que esa derecha si bien no apoya de manera directa a los homosexuales sí les apela a su voto al decir que ellos son europeos que no los van a apoyar pero que tampoco los van a rechazar como si lo hacen los inmigrantes musulmanes.

Es decir la importancia de su voto es tal que les llaman sin ofrecerles nada pero mostrándoles al otro, al “enemigo” en un juego muy perverso: “Yo no te voy a apoyar pero no te voy a querer matar en tu propio país”.

Durante estos últimos años la agenda de la diversidad sexual se ha atomizado e incluso hay debates entre grupos lésbico gay que están planteando dejar de fuera la T por el otro lado grupo radicales de personas T qué están confrontando de manera directa con personas lesbianas y gays sobre todo con hombres gays. Sin hablar de los conflictos que hay con las mujeres cis.

Yo nunca he hablado de comunidad lgbt por el contrario siempre he preferido el término poblaciones pues de esa forma se hace una clara división entre hombres homosexuales, mujeres lesbianas, personas trans y a últimas fechas personas que se denominan como no binarias.

Ninguna de las agendas es idéntica y por supuesto NO persiguen los mismos objetivos y en ese sentido se plantea la reflexión sobre está bandera inclusiva en dónde se han sumado incluso los colores de las personas intersexuales cuándo ellas  mismas personas plantean que la intersexualidad no es ni una orientación ni una identidad de género sino simplemente una condición de vida. Pero entienden del porqué se les haya incluído en la antigua bandera LGBT.

Las personas intersex Sí bien no rechazan la inclusión dentro de la ex bandera lgbt hoy bandera inclusiva, sí dejan en claro qué su movimiento no es identitario ni de orientación

El colectivo trans por su parte ha encabezado una agenda que incluso ha provocado el cuestionamiento por parte de los feminismos más radicales y ortodoxos acerca de la pertenencia de las mujeres trans en sus movimientos y desde las posiciones más radicales rechazando todo tipo de inclusión de las mujeres trans colgandoles epítetos que no voy a mencionar aquí pero que reflejan una profunda intolerancia de ambos lados.

A últimas fechas los movimientos de las poblaciones lgbt se han polarizado, como polarizado está México, gracias sobre todo a la actitud francamente estúpida del presidente andrés manuel lópez obrador.

Siempre he insistido en la existencia de gays de derecha y de gays radicales y por más que me esfuerzo no logro encontrar el punto de coincidencia entre unos y otros. Por más que los dos sean hombres y tengan como punto mínimo de igualdad el deseo por otros hombres.

Mientras el gay de derecha conservador busca la familia y ser padres de hijos adoptados o propios. Ser unos gays productivos casados con hijos, un gay bien portado pues, que se casa con otro gay bien portado para formar una familia tradicional.

Por el otro lado existen los gays radicales qué no persiguen una relación monógama y que se plantean la necesidad de poder vivir su sexualidades de las maneras más libres posibles. Hablando del derecho al placer, del derecho al cruising, del derecho a las múltiples relaciones sexuales con o sin protección apelando a la PREP y en algunas otras ocasiones grupos de hombres homosexuales que se definen a partir de su condición de vida, de personas viviendo con VIH y empoderandose de su situación llevándola agrado de identidad cómo son los movimientos de bichotas y sidosidades maricas.

Ninguno de los dos grupos se enfrenta pero ninguno de los dos grupos apoya al otro. Es más pareciese que no se reconocen y decir que no se enfrentan a veces es una frase no del todo cierta.

La atomización dentro de las colectividades lgbt es cada vez más presente.

La radicalización de agendas es cada vez más evidente también y eso es un gran beneficio para una supuesta izquierda como la que vivimos en México y una carta a jugar para los grupos conservadores.

Sé que algunas personas piensan que hay derecha en México pero el partido Acción Nacional el PAN al que le endilgan esa posición vive cosas similares como las en las poblaciones lgbt. Hay muchos panes dentro del PAN, el PAN liberal que no va a echarle porras a los lgbt pero que no va a implementar medidas anti lgbt y grupos panistas radicales que se expresan en contra de ciertas acciones de los grupos y personas de la diversidad sexual.

Paradójicamente la supuesta izquierda que encabeza el habitante del Palacio Nacional no ha hecho grandes avances dentro de las legislaciones federales. Ha dejado en el desabasto a miles de personas que viven con VIH, hace 5 años que no hay una campaña específica de pruebas de detección de VIH ni de otras infecciones de transmisión sexual lo que se ha traducido en un aumento de las mismas. No ha impulsado leyes de reconocimiento de derechos lgbt.

No ha impulsado leyes de educación sexual integral y clasifica a los grupos feministas con un grado de peligrosidad más alto que incluso los carteles del narco. Ni mencionar la falta de campañas en contra de la LGBT fobia y la ausencias de acciones reales y concretas para las poblaciones sexo disidentes. Lo que sí ha sabido hacer es cooptar a ciertas personas que son lgbt y que le son fieles por puestos en el gobierno y que por medio de esos puestos mueven clientelas arcoiris.

“La línea Rosa” el libro más reciente del periodista y escritor Mark Gevisser es un punto de partida muy importante para reflexionar sobre lo que ha pasado en los últimos 20 años.

Han sido movimientos y olas tan impresionantemente rápidas, (históricamente hablando), qué muchos de nosotros seguramente no nos vamos a confrontar con ellas sino hasta empezar a leer el libro de Mark. Cada página es un claro: ¡Sí esto pasó!  ¡Ah sí claro yo estaba ahí! ¡Oh sí claro yo me enteré de eso!

Hoy lo LGBT es fuente en muchos de los más importantes medios de comunicación (algo impensable hace 20 años). Reuters tiene su sección especializada lgbt. Infobae tiene su sección especializada lgbt. NBC tiene su sección especializada lgbt, El País, La Nación, El Clarín, The New York Times si bien no tienen secciones especializadas en asuntos lgbt siempre hacen cobertura asuntos de las disidencias sexuales con la calidad periodística y de investigación qué es tradición dentro de ellos.

Ni hablar de los medios digitales día a día más consumidos en el mundo.

Esto y utilizando el término acuñado por Mark como: “La Línea Rosa” no sucede por desgracia en los medios locales, en la provincia mexicana que siguen usando palabras qué denostan, agreden, discriminan y estigmatizan a las personas lgbt.

Baste recordar la nota de un periódico y estaciones  locales de Veracruz que expusieron a dos hombres adolescentes que fueron detenidos dentro de unos baños públicos cometiendo “actos inmorales” no sabemos ¿qué sucedió en esos baños públicos? pero las personas que ejercemos el cruising nos podemos dar una idea de lo que estaba pasando, de lo que pudo haber estado pasando.  En ese momento esos dos adolescentes estaban cogiendo (o algo parecido a ello),  los dos se estaban tocando o uno le estaba haciendo prácticas sexuales a otro de manera EVIDENTEMENTE consensuada.

Entendiendo un contexto de pobreza, de ganas, de deseo, qué es usual en las adolescencias en estados conservadores como Veracruz con uno de los índices más altos de agresiones letales a personas lgbt puedo entender que estaban haciendo esos dos adolescentes en un baño saliendo de la escuela.

Exploraban su sexualidad, sus deseos, sus amores en el único lugar en donde sabían que lo podían hacer. Ni pensar en ir a sus casas. A lugares seguros diseñados y especializados para atenderles y muy seguramente en el caso de haber tenido el dinero para pagar un hotel hubieran sido puestos en riesgo y negadosedes el acceso.

Tenemos un Estado supuestamente defensor de los Derechos Humanos pero que no piensa en los Derechos Humanos de las personas LGBT o sí en los light en los que se ven bien, en los que socialmente son bien aceptados.

Leer “La línea rosa” es adentrarse en la historia LGBT de un mundo global y por demás ajeno al mismo tiempo. Los casos de Egipto y en general todo los de África, nos hacen reflexionar.

El caso mexicano es otra prueba de cómo y qué tan rápido han cambiado las cosas en México.

Si bien Jalisco fue considerado uno de los estados más conservadores junto con Puebla y Nuevo León. Hoy tiene leyes de avanzada que lo ponen incluso delante de la supuesta Ciudad LGBT friendly que es la Ciudad de México.

Paradojas, confrontaciones de realidades distintas, dolorosas. El sexilio es otra de las aristas del libro de Mark. Esa migración por demás dolorosa que obliga a las personas lgbt a huir de sus casas y naciones en busca de espacios y países más seguros abandonando todo y cargando sus dolores.

Paradojas de seres que practican sus religiones por más que sus religiones les hayan dañado tanto.

Los humanos somos incongruentes por naturaleza y en ese sentido lo que hace Mark sin querer ¿O queriendo? Es mostrarnos esa humanidad, ese amor, esas incongruencias.

Post Author: anodis