Interactuar más allá de la fiesta, el reto de los hombres gays

Por Omar Ramos

La escena se repetía cada fin de semana: pre copeo en casa de algún amigo, la llegada al antro ya enfiestado (ya sea con algunos tragos o con el primer consumo de sustancias), una larga noche de fiesta con todo y after incluido. Baile, ligue, tragos, risas e interacciones, la mayoría muy agradables pero breves, con personas que esa noche juraste amar, pero que seguramente nunca volverás a ver. 

Esos eran mis fines de semana y los de muchos hombres gays en la Ciudad de México y seguramente en muchas partes del país y del mundo. La pandemia por la Covid-19 vino a romper ese esquema, nos dejó sin nuestra dosis de baile, ligue, tragos y breves interacciones con otros hombres gays. Nos obligó a quedarnos en nuestras casas muchos fines de semana, extrañando a rabiar nuestros espacios seguros, porque sí, los centros nocturnos son espacios en los cuales podemos libremente mostrar nuestra orientación sexoafectiva y expresión de género sin ser perturbados. Históricamente ha sido así. 

Ahora la pandemia en la Ciudad de México y en el país, al parecer está cediendo poco a poco. Los semáforos epidemiológicos nos están dando la libertad de retomar actividades que tuvimos mucho miedo en volver a ejecutar, como el regreso a los espacios nocturnos. El What’s your pleasure? de Jessie Ware, Chromatica de Lady Gaga o Disco de Kylie Minogue necesitan ser bailados propiamente, en una pista de baile, con todos los elementos antes mencionados. Sin embrago, este potencial regreso a las brillantes luces multicolor, me hace reflexionar ¿Podemos los hombres gays interactuar de otras formas? ¿En otros espacios? 

Y anoto. Nada en contra del antro, la fiesta y los tragos. Desde los 16 años de edad, la fiesta ha sido y es una de las actividades que más he disfrutado en la vida. Sin embrago, está pandemia dejó algo: un sentimiento de pérdida (de personas, materiales) que a muchos no nos permite regresar de lleno a los lugares saturados de personas, con la tranquilidad de hace un par de años, seguramente será un proceso que paulatinamente se irá resolviendo. Mientras tanto ¿tenemos otras opciones? 

Mi actual gurú de vida, el psicólogo Gabriel J. Martin (autor de los indispensables “Quiérete mucho maricón”, “Gay sex” y actualmente “Gayteligencia emocional”), siempre dice que cuando me haga estas preguntas, sobre nuestros comportamientos como hombres gays, vaya al pasado. En entrevista para mi libro “Un hombre en tacones”, hablando de los antros y de otros espacios para interactuar con otros hombres, como los clubs de encuentros sexuales y bares con cuartos oscuros, me comentó: 

“Nuestras relaciones al principio eran puramente sexuales, porque era imposible que fueran de otro modo. Al contrario que las lesbianas, por ejemplo, que era más fácil encontrar a dos amigas, que ningún hombre las quiso, no tuvieran suerte en el amor, pero eran realmente lesbianas. Mientras que sería absolutamente imposible que dos hombres convivieran”, me dijo el especialista sobre nuestras interacciones y como el machismo y las normas de género que dictan como debemos comportarnos, impactan profundamente en cómo nos relacionamos. 

“La testosterona siempre hace un poco lo suyo. Cuando hablo de sexualidad, siempre explico que es biológica y cultural, una intersección de ambas cosas. Hay una parte erótica donde hay impulso sexual que es más fuerte en el hombre, que ademas culturalmente ha sido favorecido y que ademas nosotros como hombres gays venimos muy acostumbrados, porque cuando vamos al bar o al antro a tener relaciones con otros hombres, encontramos que todo esta muy sexualizado, porque proviene de una época porque esa era la única forma”, me explicó Gabriel y es cierto. Si los bares eran y son espacios seguros, lógicamente también se convirtieron en los primeros espacios donde podíamos acercarnos a un hombre y tras un rato de plática, agarrarlo a besos (cosa que en un restaurante sería poco probable). 

“Venimos muy acostumbrados”… ¿Podemos modificar esa costumbre? ¿Podemos seguir de fiesta (yo ya me estoy sintiendo listo, voy aceptando invitaciones), pero también encontrar otros espacios para interactuar? 

Y en la pregunta surgen posibilidades maravillosas. Crear círculos de lectura para conocer nuestras historias, las de antes y las actuales. Grupos de terapia psicológica, en los cuales podamos hacer catarsis, crear empatía, cuestionar el concepto de masculinidad, entender identidades y expresiones. Aprender a meditar, a respirar, a conocer nuestro cuerpo y a detenernos un segundo de la agitada dinámica de todos los días. 

Gracias a la visibilidad de la que gozamos en la actualidad, podemos proponer espacios para llevar a cabo esas actividades y lograr interactuar de otras formas. Desde Calma, clínica de salud mental y centro de detección de ITS y consejería especializada en población LGBT, estamos proponiendo actividades presenciales, con todas las medidas de prevención frente a la Covid-19 que funcionen como alternativas para interactuar entre nosotros (nosotras y nosotres).  

Toda la información en nuestras redes sociales @calmaconsejeria (https://www.instagram.com/p/CUU8E3FAS_u/?utm_medium=copy_link) y en nuestro sitio web calmaconsejeria.com 

Post Author: anodis