Editorial: ¿Quieren hablar de rebrote? Hablemos de VIH

A nueve meses del primer caso de covid-19 en México, cuando uno se refiere a “la pandemia” pocos o quizá nadie duda de la referencia a la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus. Si bien no es la primera del siglo XXI, ha sido la de mayor afectación para la humanidad y su mundo contemporáneo.

Pero la covid-19, no es la única pandemia vigente. Aunque la OMS en ocasiones lo llama “epidemia global”, el VIH/Sida aún representa un reto de salud para el mundo. Tan solo el año pasado alrededor de 690 mil personas fallecieron por enfermedades relacionadas con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, según reporta ONUSIDA.

En México, a 37 años del primer caso, han fallecido casi 110 mil personas por esta enfermedad, 81 por ciento eran hombres. De acuerdo con cifras del INEGI, en 2019 perdieron la vida cinco mil 323 por esta causa, un aumento de 6.5 por ciento con respecto a 2018, a pesar de que el número de casos diagnosticados disminuyó el año pasado.

Tal como con la covid-19, la curva de esta pandemia en México tampoco sigue la tendencia global. En la última década, las muertes por VIH en el mundo van a la baja: en 2017 no se rebasó el millón por primera vez desde mediados de la primera década del siglo, cuando se registraron más de dos millones de decesos.

En contraste, la gráfica del INEGI no muestra esa caída; al contrario, marca una tendencia al alza: en 2016 y 2017 se alcanzó la tasa de defunciones relacionadas con esta enfermedad más baja desde 2010 por cada 100 mil habitantes (3.8) y desde entonces no ha disminuído. En 2019, se quedó en 4.2, lo que nos regresa a niveles registrados en 2010.

En términos del subsecretario Hugo López-Gatell podríamos hablar de un “rebrote”, aunque quizá lo más adecuado es llamarle “repunte”. Más allá del nombre, lo cierto es que los casos van en aumento y ya con cifras de la actual administración, que —por cierto— en el Informe Histórico VIH-Día Mundial 2020 de Censida o la baja en la detección de casos de este año es considerable o el retraso en la contabilidad a la segunda semana de noviembre es mayor que el año pasado.

La autodenominada “cuarta transformación” cuando se refiere al VIH/Sida se limita a hablar de medicamentos. Se recibió de forma positiva el cambio de esquemas de tratamiento en mayo pasado y se defiende como puede del desabasto de medicinas y el recorte a Censida de la mitad de su presupuesto.

Pero no hay nada más. La prevención, la detección oportuna y el empoderamiento de las comunidades más vulnerables hacia esta enfermedad han quedado en el olvido.

El discurso oficial contra la homofobia y la discriminación por VIH de los que tanto se habló a finales de la década pasada hoy no se retoman. Repartición de condones gratuitos o campañas en medios de comunicación masiva tampoco ocurren.

Sin recursos, como la austeridad lo marca, poco se puede lograr, pero sin voluntad, mucho menos. En la agenda del presidente no está este tema, rara vez lo mencionaron sus antecesores, pero López Obrador no ha hecho diferencia. Hoy se conmemora otro Día Internacional de la Lucha contra el VIH/Sida, el segundo durante el Gobierno actual, y extraño sería escuchar al respecto, en medio de sus fiestas por su llegada al poder.

Post Author: anodis