Por Fabiola Díaz de León @escdesenoritas
Ya son años de disputas entre feminismos y no hay nada de malo en que se debata y discuta entre las diferentes posturas, tan feministas unas como otras. El feminismo es una expresión que no se forma en bloques uniformes. La unidad viene de que se dirige a eliminar las violencias que como mujeres e infancias nos traspasan y que son particulares a las diferentes corrientes: No es lo mismo el feminismo no racializado que el feminismo de pueblos originarios o de orígenes africanos. Tampoco lo es el feminismo académico que goza de un nivel educativo y teórico reconocido que el de a pie de las diversas organizaciones y colectivas o de particulares. El feminismo no es el problema, busca erradicar el capitalismo que sostiene que las mujeres seamos objetivadas, sometidas económicamente, limitadas en oportunidades de salud, bienestar, seguridad y que se nos niegue el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. No hay un feminismo, hay tantos como existan feministas y no solo por mujeres cis y trans, también por las infancias que son mixtas o por aliados hombres. Víctor Hugo fue un pionero en luchar por los derechos de las mujeres.
El feminismo ha aprendido que la protesta funciona desde el siglo XIX, para lograr el derecho al voto en Inglaterra donde una activista feminista se lanzó a la pista durante una carrera de caballos y perdió la vida, pero ganó la visibilidad de su causa ante los monarcas y el mundo al ser cubierto el hecho por toda la prensa presente y la crema y nata de la sociedad en el circulo privilegiado de ese tipo de eventos.
El feminismo no se ha formado ni por la buena ni pidiendo permiso, se ha abierto paso al mundo con rabia, con pérdida de vidas, con ataques que causan daños materiales como ha sido incendiar oficinas o romper las puertas de la procuraduría. Vidrios rotos, capuchas, antimonumentas, fogatas, pintas y grafitis con consignas y símbolos son frecuentes en las actividades y manifestaciones y gracias a eso se han logrado titulares internacionales hasta un bloqueo nacional que ha impactado la economía a niveles insospechados y que deja claro que el poder adquisitivo de las mujeres está severamente menospreciado.
Pocos gobiernos, o ninguno, ha sido aliado de la agenda feminista y esto no ha sido un impedimento para inferir en políticas públicas y programas en favor de las mujeres y las infancias, el marco legal vigente en México para la protección de la mujer y la diversidad, aun siendo corto para eliminar estigmas y prejuicios, es un buen trabajo legislativo.
En el sexenio vigente se maneja un doble discurso donde las feministas son parte del gobierno, pero una amenaza en las calles y una corriente opositora a la 4T. Tenemos feministas prominentes como lo es la senadora Olga Sánchez Cordero, y muchas más, pero el impacto en el tejido social no se logra con ello, el feminicidio, la criminalización, la pauperización y la violencia en general que sustenta el Estado y que se replica en la sociedad siguen siendo cosa de diario. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dado una sentencia en la que ninguna mujer debería ser privada de la libertad por abortar, pero muchas siguen presas por ello y son muchos los grupos que sostienen que la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) no sea una pieza del mecanismo de defensa de derechos reproductivos y sexuales garantizados en las leyes. Muchos son los organismos y personas dentro de las mismas instituciones y de la sociedad civil que comparten la visión antiderechos de no despenalizar el aborto y de que no sea el estado y las organizaciones de la sociedad civil y personas de a pie lasgarantes de que sea un servicio de salud pública mediante procedimientos seguros y gratuitos.
La agenda feminista es vasta y no por eso es ni buena ni mala, lo que sí es una realidad es que las luchas pueden ser legales o ilegales. Ahí está el freno ante algunas iniciativas del feminismo radical: separatistas, abolicionistas, trans excluyentes… La corriente que sostiene el borrado de mujeres por la existencia de personas trans, queers o no binarias contempladas bajo el amparo de leyes que promueven la no discriminación, el no permitir consignas antiderechos y convocatorias que vulneren la integridad de personas de este sector como ha sido ahora el llamamiento en Guadalajara de atacar a mujeres trans con ácido o amenazarlas con violencia para expulsarlas de espacios públicos tomados como zonas de protesta permanentes como lo es la mercadita de la resistencia en Parque Rojo de la capital de Jalisco donde el día 13 se vivió un acto vergonzante e inaceptable por parte de algunas de las presentes contra una pareja conformada por una mujer cis en silla de ruedas y su pareja, una mujer transgénero con un año de transición apenas: Dea Molina y Zafiro Dessiré, respectivamente.
Para el día 20 se planea una movilización al lado “mixto” del parque para protestar por estos hechos lamentables y lo que me llama la atención es que un parque público pueda ser calificado como mixto. Todos los espacios públicos, menos los servicios sanitarios y presidios, son mixtos.
El derecho al libre tránsito es fundamental y la apropiación de espacios donde se excluya con violencia e insultos, con consignas transfóbicas o de cualquier índole y que se ha creado a lo largo de un año es preocupante. Las convocatorias a manifestaciones y protestas pueden ser separatistas, pero es eso, la convocatoria, no la ley. La legalidad no asiste el separatismo ni la exclusión de ningún habitante en territorio nacional, eso es contrario a la ley y vulnera derechos de personas y grupos minoritariosvulnerables. Los espacios privados son harina de otro costal.
Todo este fenómeno que se considera el caballo de troya del feminismo, que ha creado una escisión entre el feminismo radical excluyente y el feminismo interseccional incluyente que desgasta la fuerza del movimiento mismo mientras se descalifica uno del otro apelando a la diferencia de los sexos, a que la teoría queer es misoginia, que niega la lucha transfeminista, que repudia e invita a violentar a una población género divergente que en nuestro país asciende casi a los 5 millones de personas y contando.
Que ha llegado a expresarse fuera de los congresos locales con consignas homofóbicas y demostraciones que son francamente de odio no puede ser congruente con el fundamento de un movimiento que apela al derecho a decidir y a la individualidad de la construcción de la persona en sujetx políticx.
La discriminación no puede ser la norma de un movimiento feminista legítimo y con impacto benéfico en el tejido social. Delinquir no es resistencia pacífica de protesta cuando se convierte en el eje de grupos organizados que violentan a otros grupos o a individuos. El feminismo no emite credenciales que lo validen ni de uno ni de tantos lados donde se exprese, es tan válido uno como el otro. Lo que no es válido es que el objeto del movimiento se pierda en luchas estériles de diferencias fundamentadas en la diferencia de los sexos. Que se apele a que no puede haber la presencia del fenotipo XY en espacios públicos pues es una postura más que risible cuando desde la década de los 40s del siglo pasado se ha visto y constatado que la biología reconoce decenas de combinaciones de x, xy y xyy o xxy y muchas más y a la presencia de un tercero que es la o, y cuyas combinaciones no se reducen al binario femenino, masculino, sino que dan pie a la existencia de múltiples expresiones de lo que puede ser visto como sexo. El expulsar a una persona por tener pene o vulva de circular libremente por espacios públicos es un delito.
De ninguna manera pretendo socavar una iniciativa de apoyo a la autogestión y los emprendimientos del feminismo a favor de lograr un mayor incremento adquisitivo en espacios seguros siempre y cuando no se regulen bajo pretextos que limiten el libre mercado y el derecho de plaza. Le deseamos a la Mercadita de la Resistencia de Guadalajara la mejor de las suertes para poder controlar los impulsos de sus visitantes para que lo sucedido el 13 del presente mes no se repita y puedan continuar sus ímpetus por mejorar la calidad de vida de sus integrantes.
La presencia de un pene no es en sí peligroso, pero se ha creado todo un discurso fascista sostenido en el miedo a la violencia machista que ahora se dirige hacia las personas genero divergentes que son las más vulnerables de la diversidad y que como miembrxs de la comunidad LGBTTTIQA+ no podemos dejar de pronunciarnos en contra de dichas manifestaciones, expresiones y hechos.