Por Rodrigo Sánchez
Diferentes medios de comunicación han dado cuenta en el último año de las arbitrariedades y delitos que se cometen en la Ciudad de México en contra de la comunidad LGBTTTIQ+.
La mal llamada ‘ciudad de los derechos’ está en manos de grupos del crimen organizado que, a sabiendas de las omisiones de las fiscalías y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, se van impunes tras delinquir.
Hace apenas cuatro meses, en julio de 2022, La Octava Noticias reportó en una emisión especial sobre el modus operandi de criminales en bares de Zona Rosa. De forma similar a la, ahora extinta, banda de las Goteras VIP, se administran gotas oftálmicas en bebidas para, así, secuestrar y extorsionar a visitantes de bares y antros de la alcaldía Cuauhtémoc.
Este viernes, se dio a conocer que Manuel, quien fue visto por última vez en el bar Tom ‘s en las inmediaciones de la colonia Condesa, fue encontrado sin vida. Se suma a la larga lista de delitos que se cometen con absoluta impunidad en espacios de la comunidad LGBTTTIQ+ y que pasan a formar parte del anecdotario criminal de la capital mexicana.
Apenas en junio, la Jefa de Gobierno y aspirante presidencial, Claudia Sheinabum, inauguró la marcha de la diversidad. Ahí, refrendó que la Ciudad de México es una ‘ciudad de derechos’, lema con el que su ahora rival a la candidatura presidencial de Morena, Marcelo Ebrard, abrió la puerta al matrimonio igualitario cuando ostentó ese puesto.
Todo lo anterior, pareciera ser vacío cuando del tema de seguridad para la comunidad se trata. Apenas en julio de 2022, el Rico Club se convirtió en objeto de escándalo tras darse a conocer que elementos de la seguridad de ese lugar golpearon a clientes. Días después, la alcaldesa Sandra Cuevas se ‘grabó’ clausurando el sitio para que, al transcurrir menos de un mes, fuera reabierto ‘bajita la mano’.
A pesar de que las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se ubican a tan solo unas cuadras de la Zona Rosa, centro de congregación histórico de la comunidad LGBTTTIQ+, los delitos de narcomenudeo, secuestro exprés, robo a mano armada y extorsión no se detienen.
Googlear las palabras ‘delitos zona rosa’, da cuenta de que algo falla entre la disminución de delito que se presume en la Cuauhtémoc y la realidad que aqueja a quienes, en su legítimo derecho a la diversión, acuden a esa demarcación.
El caso de Manuel pone el dedo en la llaga de la inseguridad a la que nos tienen sometidos el crimen organizado y, de forma casi irónica, las autoridades: la comunidad LGBTTTIQ+ no es bandera de ningún partido político para que en junio se ‘llenen el bolsillo’ de votantes y simpatizantes. Tampoco, es una decoración para pintar banquetas que después quedan en el olvido.
Se exige desde esta posición el digno y pleno acceso a nuestro ejercicio de derechos, que incluyen el de divertirnos y conocer gente sin que esto implique un riesgo a nuestra integridad.
Se piden autoridades libres de sesgos, con perspectiva de género y preparadas para brindar la seguridad a la que como ciudadanos tenemos derechos. Desde esta trinchera decimos ‘ni uno más’. A quienes con libre impunidad atacan a quienes consideran ‘minoría’: esto se va a acabar, vamos a luchar por el libre y pleno ejercicio de nuestro derecho a vivir.