La homofobia hizo acto de presencia en el Puskas Arena de Budapest. Cristiano Ronaldo, que con sus dos goles acabó con la resistencia de Hungría y se convirtió en el máximo goleador histórico de las fases finales de la Eurocopa (por delante de Platini), fue objeto de insultos protagonizados por buena parte de los 65.000 aficionadosque llenaban el estadios. «Cristiano, homosexual, homosexual, homosexual», corearon contra el capitán portugués, según constataron los periodistas de Mediaset, emisores en España de la Eurocopa.
El delantero de la Juventus pareció ajeno en todo momento a los insultos procedentes del graderío y festejó con su celebración habitual los dos goles que le convierten en el mayor cañonero de la historia de los Europeos: once dianas en los cinco que ha disputado y con la posibilidad de seguir sumando en el actual.
Los insultos al astro de Funchal llegaron curiosamente el mismo día en que el Parlamento húngaro, con el apoyo del partido Fidesz, que encabeza el primer ministro Viktor Orban, y de la formación de extrema derecha Jobbik, aprobó con 157 votos a favor y uno en contra una normativa que prohíbe hablar sobre homosexualidad en los programas escolares.