Para el director de cine Máxime Govare, quien este fin de semana estrena “Los camarones de diamantina”, un lazo que puede existir entre el deporte en Francia y México es el rechazo que el mundo deportivo tiene hacia los deportistas abiertamente gay.
“En Francia pocas personas se atreven a hablar de su sexualidad, quizás existe aún el temor de que sus carreras pudieran terminar si se revela su orientación. Somos un país muy desarrollado pero en esto estamos rezagados”, detalló Maxime.
Un caso similar sucede en México, en donde los deportistas de alto calibre han reprimido su orientación sexual, incluso el nombre de sus parejas, al sentir que tienen mucho que perder.
Esta similitud es la que el realizador galo cree que logre que su nuevo filme tenga buena recepción entre el público nacional y levante ámpula entre los sectores deportivos.
Se basa en un hecho real sigue la historia de un equipo gay de waterpolo que es entrenado por Matthias Le Golf.
Maxime no desea que se vea su filme como un trabajo con una vena política, por eso al momento de planear bajo qué género se realizaría, él y su codirector Cedric Le Gallo optaron porque se hiciera en un tono de comedia y cambiar el drama por las risas, sin caer en el estereotipo o la caricatura.
“Se trata de presentar héroes homosexuales, que sean accesibles a más gente”, contó.