Por Ricardo Baruch
En unos meses comenzará la nueva administración federal en medio de una gran reforma al sistema de salud la cual, trasladará muchos de los servicios para población no asegurada al IMSS-Bienestar. Quienes queden al frente de la Secretaría de Salud y de las otras instituciones como el IMSS y el ISSSTE tendrán la oportunidad de resolver varios de los retos que quedan pendientes en materia de la respuesta al VIH, incluyendo aquellos que mantienen una diferenciación importante entre quienes reciben servicios en uno y en otro sistema.
A continuación, enumero 8 temas clave que deben considerarse para que haya más y mejor detección oportuna, prevención, atención y respeto a los derechos humanos en los próximos años.
Se necesita mayor integración o armonización de los sistemas de salud para el acceso y la adherencia al tratamiento ARV, a la PrEP y la PEP. Los servicios o la calidad de ellos son diferentes entre el IMSS, el ISSSTE, la Condesa, los CAPASITS, aunque todes deberíamos tener acceso a todas las intervenciones sin importar en qué sistema de salud nos atendemos.
Urge que la disponibilidad de la PrEP aumente en los servicios de salud, así como la demanda por parte de la población para ese método de prevención. Menos de 20 mil personas acceden a PrEP en México a pesar de que cientos de miles podrían beneficiarse de algo que ya ha probado ser sumamente efectivo en otros países.
Debe buscarse que haya nuevos y mejores productos para el tratamiento y la prevención. El tratamiento ARV y la PrEP inyectable, así como otros productos biomédicos que están en desarrollo, serán fundamentales para una buena adherencia con menos efectos secundarios y mejores resultados a largo plazo.
Mayor disponibilidad de servicios de salud mental para quienes ya viven con VIH y para poblaciones clave, incluyendo personas LGBTIQ+, personas que ejercen el trabajo sexual y personas usuarias de drogas. La consejería, la consulta de psicología y de psiquiatría siempre han sido relevantes, pero hoy lo son aún más ante el uso problemático de sustancias y su relación con el VIH.
Se necesitan servicios de reducción de riesgos y daños en todo el país para personas usuarias de sustancias psicoactivas, particularmente metanfetamina (cristal) y opiáceos (heroína y fentanilo) ya sea inyectadas o no. Tanto para prevenir VIH y hepatitis C, pero también otras afectaciones a la salud la RRDD es crucial.
Preparar los servicios de salud para atender el envejecimiento de personas con VIH y otras infecciones crónicas. Cada vez habrá más personas llegando a la vejez con comorbilidades, con falta de cuidados preventivos e incluso con problemas relacionados con el uso de sustancias.
Se debe ampliar la educación integral en sexualidad que aborde temas de VIH e ITS desde la educación básica, con profesorado capacitado y sensibilizado, y con textos actualizados. También se necesitan nuevas campañas y otras formas de comunicación con información basada en evidencia y con perspectiva de derechos humanos.
Fortalecer a las instituciones que protegen derechos de las personas que viven con VIH y de poblaciones como personas LGBTIQ+, personas que ejercen el trabajo sexual y personas que usan drogas, tales como las comisiones de DDHH y los consejos para eliminar la discriminación.
Esta lista es limitada, pero ¿qué otras cosas agregarían ustedes? Sin duda faltan asuntos más estructurales como erradicar la violencia LGBTfóbica, mejorar en general los sistemas públicos de salud y fomentar la participación de la sociedad civil organizada, pero estos 8 puntos son un buen punto de arranque.