Por Antonio Medina Trejo *
@antoniomedina41
Las aseveraciones hechas por América Rangel, diputada local en el Congreso de la Ciudad de México respecto a que las infancias y adolescencias trans son objeto de “mutilaciones quirúrgicas”, tienen como objetivo sesgar a la opinión pública en contra de los derechos obtenidos por estas poblaciones a través de reformas legislativas.
Con el argumento de “proteger” a niñas, niños y adolescentes (NNA) de la “ideología de género”, la legisladora del Partido Acción Nacional presentó una iniciativa para prohibir que estas personas “se sometan a tratamientos y cirugías de cambios de género y se castigue con cárcel a quien realice estos procedimientos”.
Sin sustento científico, la propuesta de Rangel Lorenzana busca revertir -a través de reformas a la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México y al Código Penal local-, los avances políticos, sociales y legislativos registrados en la capital del país.
La iniciativa que presentó en tribuna el pasado 9 de febrero no es más que un discurso de odio propio de grupos conservadores presentes en todo el espectro político y que en el ámbito nacional e internacional se oponen a la progresividad de derechos de las personas transgénero.
Señalar que en México las infancias y adolescencias trans se someten a “tratamientos hormonales y a cirugías para cambiar el sexo”, es mentir a la ciudadanía pues ninguna de las entidades que hasta el momento reconocen la identidad de género de NNA trans (Jalisco, Ciudad de México, Oaxaca, Sinaloa, y Morelos) avala la hormonización, medicalización o intervención quirúrgica.
En ninguno de estos casos se ha propuesto la necesidad de iniciar tratamientos de reemplazo hormonal, ni tampoco de reasignación sexogenérica para personas menores de 18 años.
Las palabras de la legisladora del PAN han sido desmentidas, no sólo por el activismo que defiende los derechos de las poblaciones trans, sino por instituciones médicas de gran relevancia como la Clínica Especializada Condesa, que a través de un comunicado apuntó que el Protocolo para el Acceso sin Discriminación a la Prestación de Servicios de la Atención Médica de las Personas LGBTTTI, editado en 2017 por la Secretaría de Salud Federal, “no incluye cirugías de reasignación de sexo y se sustenta en varios instrumentos internacionales”.
El paroxismo verbal de América Rangel derivó en un enfrentamiento en el Congreso de la Ciudad de México entre personal de seguridad y activistas trans, quienes en un justificado, pero inoportuno enfado, cayeron en la provocación de la legisladora, quien a partir de publicaciones hechas en Twitter, ha acumulado al menos 47 quejas en su contra por transfobia ante el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México.
“Como sociedad debemos proteger a los niños de la perversa ideología de género”, escribió con evidente ausencia de perspectiva de género la diputada en su cuenta de Twitter al presentar su iniciativa, se trata de un concepto discriminatorio impulsado por sectores duros del conservadurismo de derecha e incluso de izquierda para demeritar la lucha de la diversidad sexual.
La propuesta legislativa vulnera el artículo primero constitucional que prohíbe toda discriminación motivada por las preferencias sexuales, o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas, desconoce la tesis jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitida en 2022 en la que determinó la inconstitucionalidad de limitar a NNA de cambiar su identidad de género, y violenta distintos tratados internacionales de los que México forma parte.
El paroxismo verbal de América Rangel se enmarca en el más rancio discurso de grupos antiderechos que a través de la exaltación de valores morales tradicionales, buscan perpetuar una visión adultocentrista y revertir las libertades obtenidas por la lucha de los colectivos de la diversidad sexual.
*Director Nacional de Diversidad Sexual del PRD.