VIH y COVID-19

Por Geovanna Bañuelos de la Torre

Cuando el SARS-CoV-2 y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se instauraron en la humanidad, sus orígenes fueron antecedidos por todo tipo de teorías de la conspiración y especulaciones que rozaron en predicciones apocalípticas. El 5 de junio de 1981, hace cuatro décadas, llegó la llamada pandemia del Siglo XX. En esa fecha, la comunidad científica dio a conocer los primeros cinco casos del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Hasta nuestros días, ha cobrado la vida de 33 millones de personas en todo el mundo y se estima que 38 millones viven con este padecimiento que ha sido letal y discriminatorio en particular para aquellas personas con preferencias sexuales diferentes por sus prácticas “impuras” a juzgar de grupos conservadores que impulsaron campañas de odio contra la población LGBTTTI y que proclamaban la abstinencia, relaciones sexuales hasta llegar al matrimonio y el repudio al condón. A lo largo de estos 40 años, quien es seropositivo, además de amar, sentir y vivir de manera diferente, te condena a la muerte.

Habrá que agregar que las autoridades de salud fallaron en la implementación de políticas y acciones para frenar esta pandemia. La negligencia, laxitud y la homofobia de millones de personas que desprecian a esta minoría, han sido factores para que prevalezca en nuestra sociedad la segregación y el estigma social.

El Covid-19 ha provocado un duro golpe a la salud mundial y una crisis económica sin precedentes, relegaron a segundo lugar pandemias o problemas de salud pública como el VIH. La atención médica para derechohabientes se paralizó, las citas se redujeron, no existen seguimientos virológicos oportunos y tampoco abasto de medicamentos.

Se requiere de manera prioritaria que a través de esfuerzos interinstitucionales del sector salud se garantice la efectiva planeación, adquisición, distribución y entrega de medicamentos e impulsar acciones de prevención y atención integral. De igual manera, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación deben, combatir y erradicar la discriminación desde el ámbito laboral o cualquier esfera social.

De 1990 al 2019 han fallecido 130 mil mexicanos. No debemos relegar a segundo o tercer plano la pandemia del SIDA. Ningún ser humano debe estar condenado a deficiencias en la atención médica y mucho menos a fobias o estigmas.

Post Author: anodis