El rechazo del proyecto de ley anti-LGBTQ+ de Uganda por parte del presidente Yoweri Museveni ha causado gran consternación y preocupación a nivel mundial.
La versión actual del proyecto de ley ya es extremadamente dura: con la simple identificación como LGBTQ+ constituye un delito que puede acarrear una sentencia de hasta 20 años de prisión, y la “homosexualidad agravada” podría incluso llevar a la ejecución.
Sin embargo, Museveni considera que el proyecto de ley no es lo suficientemente duro y lo ha devuelto al Parlamento para que se hagan más enmiendas que refuercen aún más sus disposiciones.
El jefe de la mayoría del gobierno, Denis Hamson Obua, ha declarado que Museveni estaba de acuerdo en firmar la ley, pero que necesitaba enmiendas para “facilitar el refuerzo y el fortalecimiento de algunas disposiciones de acuerdo con nuestras mejores prácticas”. E
La comunidad científica a nivel mundial ha respondido a la llamada de Museveni para investigar si la homosexualidad es “naturaleza versus crianza”, argumentando que la homosexualidad es una variación normal y natural de la sexualidad humana.
Los principales científicos y académicos firmaron una carta abierta al presidente ugandés en la que se instaba a que el proyecto de ley fuera vetado en nombre de la ciencia.
La carta decía: “No podemos decir esto con suficiente claridad: la homosexualidad es una variación normal y natural de la sexualidad humana. La ciencia sobre este tema es muy clara y le pedimos, en los términos más firmes posibles, que vete el proyecto de ley en nombre de la ciencia. No podemos pensar en una sola organización científica importante que argumente en contra de la idea de que la homosexualidad no es normal y natural”.
El proyecto de ley anti-LGBTQ+ de Uganda ha sido objeto de críticas generalizadas en todo el mundo. La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, lo ha calificado de “extremo” y ha declarado que “es una de las leyes anti-LGBTQ+ más extremas del mundo. Los derechos humanos son universales, nadie debería ser atacado o encarcelado simplemente por ser quien es y por amar a quien ama”.
En África, las críticas también han sido muy fuertes. Los manifestantes sudafricanos se han congregado frente a la embajada de Uganda para pedir la eliminación del proyecto de ley. El líder de la oposición, Julius Malema, encabezó la protesta el 4 de abril, diciendo: “Estamos aquí para decir a Uganda que mientras la comunidad LGBTQ+ no sea libre en Uganda, no somos libres”.
La comunidad internacional de derechos humanos ha pedido a Uganda que deje de criminalizar a las personas LGBTQ+ y que respete sus derechos humanos básicos. La decisión del presidente Museveni de enviar de vuelta el proyecto de ley anti-LGBTQ+ al Parlamento para que se hagan enmiendas más duras es un paso en la dirección equivocada y un ataque flagrante a los derechos humanos.
