Esta semana, en Nayarit, gracias al trabajo de organizaciones de la sociedad y activistas, el congreso local eliminó el delito de “peligro de contagio” que estigmatiza y criminaliza a las personas que viven con VIH. Los artículos 219, 220, 221 y 222 del Código Penal han sido derogados, lo cual es una batalla ganada contra el estigma y la discriminación ejercida hacia las personas que viven con VIH.
Pero, ¿qué es el llamado peligro de contagio? El peligro de contagio se refiere a la posibilidad de que una persona infectada, por ejemplo con VIH, transmita el virus a otra persona a través de una actividad sexual consensuada. En algunos países, las leyes pueden imponer sanciones penales a las personas que no informan a sus parejas sexuales sobre su estado de VIH positivo o que no toman medidas para prevenir la transmisión del VIH durante las relaciones sexuales.
Sin embargo, la criminalización del VIH y la imposición de sanciones penales pueden tener efectos negativos en la prevención y el tratamiento del virus. Estas leyes pueden disuadir a las personas de hacerse la prueba del VIH, ya que temen la discriminación y la criminalización. Además, estas leyes pueden desalentar a las personas de revelar su estado serológico a sus parejas sexuales y pueden aumentar la estigmatización.
Por estas razones, muchos defensores de los derechos humanos y de la salud pública argumentan que la criminalización del VIH no es efectiva para prevenir la transmisión de este virus y que puede ser perjudicial para las personas que viven con VIH. En cambio, abogan por enfoques basados en la evidencia que se centren en la educación y la prevención, el acceso a la atención médica y la eliminación de la discriminación y el estigma.
Recordémoslo: la despenalización del VIH y la eliminación de las leyes que criminalizan la transmisión de este virus son importantes para proteger los derechos humanos y la salud pública de las personas que viven con VIH y para promover enfoques basados en la evidencia para prevenir y tratar.