Una profesora de secundaria en el estado de Florida, en Estados Unidos, fue despedida con base en la polémica ley “Don’t say gay”, aprobada recientemente por el Congreso local.
Casey Scott, una maestra de de arte en la escuela Secundaria Cape Coral, fue retirada de su puesto luego de que discutiera con sus alumnos sobre su orientación sexual, según comentó para la cadena estadounidense NBC.
La profesora comentó que durante una clase surgió una conversación sobre la orientación sexual de los alumnos, tras lo que algunos se identificaron como homosexuales, bisexuales y no binarios. Después de esto le preguntaron a Scott cuál era la suya, a lo que respondió que es pansexual. “Me gustan las personas sin importar si son hombres, mujeres, no binarias o transgénero”, narró la profesora.
Los estudiantes entonces preguntaron si podrían hacer arte que expresara su sexualidad, por lo que hicieron algunas banderas sobre esto. Scott las pegó en la puerta del salón de clases, y entonces la administración de la escuela intevino.
La profesora comentó que entonces le pidieron que retirara las banderas de sus alumnos. “Dijeron que lo mejor era que me deshiciera de ellas”, comentó la profesora, antes de agregar: “tomé sus banderas mientras todos me miraban, y las tiré [a un bote de reciclaje] frente a ellos”.
Después de este episodio fue enviada a casa y posteriormente se le notificó que terminaría su contrato con el centro escolar. El distrito escolar del condado Lee asegura que el termino de la relación laboral fue porque Scott no se apegó al programa.
NCB recoge que la profesora mostró publicaciones en las redes sociales de sus estudiantes donde expresaban su molestia por su despido; sin embargo, el distrito escolar también reveló cartas de algunos padres de familia en las que manifestaban su preocupación por la conversación que tuvieron sus hijos con la profesora.
Asimismo, mostró cartas en las que los alumnos de la escuela confirmaban que se les permitía dibujar cualquier tipo de bandera, incluso si expresaban quienes son.
Desde que se planteo la ley HB 1557 en el Congreso de Florida, defensores de derechos humanos y activistas de la comunidad LGBT+ alzaron la voz sobre las repercusiones que su aprobación podría tener en el desarrollo de los jóvenes que se identifican dentro de las disidencias sexuales.
Los opositores de la llamada ley “No digas gay” apuntaban que el no poder hablar sobre estos temas abiertamente generaría mayores inseguridades e incluso acoso en un grupo que es por sí mismo vulnerable.
Sin embargo, la legislatura local, en su mayoría compuesta por representantes republicanos, fue aprobada y el pasado mes de marzo el gobernador Ron DeSantis, también republicano, firmó la ley para su entrada en vigor.