En el contexto del Foro Abya Yala Latinoamericano LGBTTTI+, celebrado en Guadalajara, el representante de AHF (AIDS Healthcare Foundation), Juan Conant, compartió su experiencia en la implementación de un programa de apoyo para personas migrantes que viven con VIH en Estados Unidos.
Este programa, aunque no oficial, ha logrado conectar a más de 60 personas con servicios médicos y tratamientos, respondiendo a las necesidades críticas de una población que enfrenta barreras adicionales debido a su estatus migratorio y condición de salud.
La necesidad de un apoyo accesible para migrantes con VIH
Conant explicó cómo su iniciativa surgió de la observación de los desafíos específicos que enfrentan los migrantes al cruzar la frontera. “Las personas llegan con miedo de acudir a servicios médicos o buscar tratamiento, porque temen ser deportadas. Para ellas, lo urgente es cubrir necesidades básicas como el alimento y el techo,” mencionó Conant. En muchos casos, los migrantes viven en condiciones de hacinamiento, lo que complica aún más la posibilidad de acceder a servicios de salud.
Para hacer frente a estas barreras, Conant implementó un sistema de apoyo mediante WhatsApp, que facilita el contacto con los servicios de salud y tratamiento para personas con VIH. “Desde que empecé a documentar este programa hace unos meses, he logrado conectar a 58 de las 61 personas que me contactaron, brindándoles acceso a servicios médicos esenciales,” agregó.
Hallazgos preliminares y lecciones para mejorar el acceso
Uno de los hallazgos clave de Conant es la necesidad de adaptar los procesos de las agencias de salud para que se ajusten a las circunstancias de los migrantes. “Si le pides a alguien que asista a una cita a una hora específica en un lugar distante, sin medios para llegar o comunicarse, estás poniendo una barrera,” destacó. Conant enfatizó que la mayoría de sus contactos se realizaron por WhatsApp, y lamentó que muchas agencias aún no adopten esta herramienta por cuestiones de políticas y protocolos.
El futuro del programa: una visión binacional
Conant, quien trabaja en San Diego, California, sueña con expandir su programa a gran escala. Considera que el potencial de colaboración entre México y Estados Unidos es alto y que el apoyo de una organización global como AHF puede hacer realidad su visión. “Llevo años trabajando en esto y ahora, con el respaldo de AHF, tengo la oportunidad de compartir esta misión. Es algo muy significativo,” expresó.
El programa de Conant representa una iniciativa innovadora y necesaria que podría marcar la diferencia para muchas personas migrantes que viven con VIH, ofreciéndoles no solo tratamiento, sino también un apoyo accesible y adaptado a su realidad.