En un acto de protesta marcado por la urgencia y la desesperación, activistas y personas viviendo con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) se congregaron frente a las oficinas del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (Censida) en Polanco, Ciudad de México.
Los manifestantes, en el contexto del Día Mundial del Sida, expresaron su frustración y exigencia de un acceso ininterrumpido a medicamentos antirretrovirales, vitales en su lucha diaria contra el VIH.
El evento se intensificó cuando algunas personas manifestantes, llevadas por la desesperación, causaron daños a la propiedad y encendieron bombas caseras, provocando un incendio en el edificio de Censida.
Las consignas reflejaban la crítica situación que enfrentan: “Silencio igual a muerte”, “No al desabasto”, “Nuestra salud no es negociable”, dejando en evidencia la crítica escasez de medicamentos y la necesidad de una acción gubernamental decidida y efectiva.
La manifestación no solo destaca la crisis del desabasto de medicamentos en México, sino que también llama a la reflexión sobre el estigma y los desafíos que enfrentan las personas con VIH. La situación plantea preguntas sobre las políticas de salud pública y la efectividad de los programas en curso destinados a esta comunidad vulnerable.
Las voces de los manifestantes resonaron con un claro mensaje: la salud es un derecho, no un privilegio, y la atención y medicamentos adecuados para las personas con VIH no pueden ser negociados ni retrasados.
