El mundo evoluciona y con él, la comprensión de las identidades. La identidad trans, aunque ha estado con nosotros a lo largo de la historia, todavía enfrenta desafíos y estigmatizaciones.
Para las personas cisgénero, entender a las personas transgénero puede parecer un viaje complejo. Sin embargo, es un viaje necesario.
Al conocer y reconocer las luchas y aspiraciones de la comunidad trans, no sólo nos volvemos más empáticos sino también más humanos. Aquí presentamos un decálogo para acercarse al mundo trans con respeto, apertura y solidaridad.
- Afirmamos nuestra biología: No negamos nuestra esencia biológica. Exigimos ser atendidxs basados en ella, pero siempre respetando nuestras identidades de género y privacidad.
- Autonomía sobre nuestros cuerpos: Todas las decisiones sobre nuestros cuerpos nos pertenecen. Nuestros derechos sexuales y reproductivos deben ser protegidos y respetados.
- Derecho a no ser discriminadxs: En el ámbito laboral y en cualquier espacio, nuestra identidad trans no será un motivo de discriminación, aislamiento o trato indigno.
- Participación activa: Nuestra identidad no es un obstáculo. Merecemos un lugar en la toma de decisiones, en nuestras tareas laborales y en cualquier escalón del mundo laboral.
- Respeto a la vida privada: Nuestra vida privada no es negociable ni un espectáculo público. Es un derecho fundamental que debe ser respetado.
- Compromisos internacionales: México debe hacer efectivos los tratados que ha firmado, garantizando inclusión y respeto hacia la diversidad.
- Igualdad sustantiva: No más marginalización o invisibilización. La estigmatización social impuesta por la cisheteronorma debe terminar.
- Afirmación de nuestra validez: Somos personas trans y somos válidas. Nuestras vidas, voces y decisiones tienen valor y merecen ser escuchadas y respetadas.
- Lucha contra la transfobia: Un llamado constante a combatir cualquier forma de discriminación y transfobia institucional.
- Unidad y solidaridad: Todxs debemos unirnos en la lucha por los derechos de las personas trans y contra cualquier forma de discriminación hacia ellas.
Concluir este recorrido nos permite afirmar algo fundamental: cada persona, independientemente de su identidad de género, es única, valiosa y merecedora de respeto.
La humanidad se enriquece con la diversidad, y sólo mediante la aceptación y comprensión podemos construir un mundo más justo.
Si eres trans, este decálogo es un reflejo de tus luchas y anhelos. Si eres cisgénero, es una invitación a caminar lado a lado con tus hermanas y hermanos trans. Que este texto sirva como puente, como llamado a la empatía y como un grito unificado hacia una sociedad más inclusiva.