Por Antonio Medina Trejo *
La renuncia masiva de quienes hasta este lunes integraron el Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) evidencia la enorme y grave crisis por la que atraviesa este organismo cuya presidencia desatinadamente cayó en la persona de Rosario Piedra gracias a las violaciones cometidas por Morena en el Senado de la República al proceso legislativo.
Resulta alarmante la renuncia de Tania Espinosa Sánchez, Adalberto Méndez López, Bernardo Romero Vázquez, Jorge Alejandro Saavedra López, Ángel Trinidad Zaldívar, y Georgina Diédhiou Bello, personajes destacados y de probado compromiso con la defensa de los derechos humanos en México.
La sumisión incondicional de Rosario Piedra Ibarra ante el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene en la subordinación a un organismo que constitucionalmente es autónomo.
El silencio de la ombudsperson en casos graves de violaciones a los derechos ejercidas desde el Poder Ejecutivo en contra de la sociedad mexicana como lo han sido el desabasto de medicamentos, el desastroso manejo hecho por el gobierno federal de la epidemia del Covid-19 y la militarización del país, la evidencia como una cómplice de los excesos gubernamentales y criminales.
La CNDH presidida por Rosario Piedra, contribuye a debilitar la democracia y pone en alarmante riesgo los derechos y libertades obtenidas por la lucha de la sociedad civil en los últimos años.
La actual gestión de la CNDH ya está marcada por el fracaso en su objetivo principal de defender y proteger los derechos humanos de las y los mexicanos, así como por la descomposición que orilló a las y los integrantes del Consejo Consultivo a renunciar debido a las amenazas y calumnias de las que fueron objeto, pero sobre todo, a los obstáculos que Piedra Ibarra siempre puso a su trabajo.
Cercana al oficialismo, Rosario Piedra Ibarra, con su lealtad ciega e irreflexiva, coadyuva a la destrucción de las instituciones emprendida por la autodenominada Cuarta Transformación.
En este contexto de retroceso en la defensa de los Derechos Humanos, la ciudadanía tiene un papel fundamental para exigir al Senado de la República una pronta intervención para detener esta embestida contra este organismo que hoy, lejos de ser autónomo, obedece solamente al Ejecutivo Federal y a los intereses de su partido político.
* Director Nacional de Diversidad Sexual del PRD.