La Titular de la Unidad de Derechos Humanos admite fallas estructurales y lanza expresiones polémicas en reunión interna
En una reunión de trabajo, Marcela Velázquez Bolio, Titular de la Unidad de Derechos Humanos del IMSS expone con crudeza los principales problemas que enfrenta la institución: desabasto de medicamentos, operaciones diferidas hasta por ocho meses, falta de protocolos claros para hospitalizar a personas trans y déficit de monitoreo y evaluación de programas.
En el encuentro también ocurrieron expresiones polémicas de la funcionaria, quien llegó a referirse con ironía a la “macrofauna carismática” —concepto académico que utilizó para explicar por qué algunos grupos vulnerables reciben más empatía social que otros— y, en tono de presión hacia su equipo, amenazó con despedirlos “para traer a puro itamita”.
Crisis de abasto y retrasos en operaciones
Velázquez Bolio reconoció que varias claves de medicamentos están en cero, mencionando entre ellas tratamientos para VIH y oncología pediátrica. Explicó que la dependencia no puede realizar compras emergentes y debe esperar a la compra consolidada, lo que mantiene bajo tensión a pacientes y personal.
“Tenemos claves en cero… por favor no le anden contando a sus amigas, eso lo resolvemos aquí adentro”, dijo, pidiendo discreción al equipo.
La funcionaria añadió que la derechohabiencia crece cada vez más rápido que la infraestructura y el personal, lo que genera atrasos significativos: “Cuando la operación se va a ocho meses, sí nos pega”.
Hospitalización de personas trans: un vacío sin resolver
Uno de los puntos más delicados fue la admisión de que el IMSS no ha logrado definir protocolos para la hospitalización de personas trans, a diferencia de lo que ocurre con los baños neutros, donde ya se aplican ajustes razonables.
“No hemos podido resolver cómo hospitalizar a personas trans… hay una situación de vulnerabilidad para ellas y también por saturación en los pabellones”, explicó, reconociendo que el tema implica costos, discriminación y resistencia institucional.
Deficiencias en monitoreo y evaluación
La Unidad de Derechos Humanos también reconoció que gran parte de su trabajo carece de evaluación sistemática: “Nos falló hacer un monitoreo y evaluación mucho mejor… no sabemos si seguir así o cambiar de rumbo”.
Pidió a sus coordinaciones que integren planes de trabajo con indicadores, metas y medios de verificación, bajo la metodología de marco lógico, y advirtió que la supervisión será estricta.
Expresiones polémicas
La funcionaria tuvo varias expresiones verbales relevantes:
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Dijo que en ocasiones “me caga derechos humanos”.
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Ironizó que si alguien es fan de Miguel Carbonell, “esta no es su unidad”.
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Amenazó a su equipo: “Si no hay monitoreo y evaluación, los voy a correr a todos… voy a traer a puro itamita”.
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Calificó como “macrofauna carismática” a ciertos grupos sociales que reciben más atención mediática, como niñas y niños con cáncer o discapacidad, lo que en voz institucional resulta particularmente desafortunado.
Demandas sociales y pendientes institucionales
Además del desabasto y los retrasos quirúrgicos, la funcionaria reconoció una manifestación reciente de derechohabientes que reclamaban bolsas de colostomía que sí estaban en inventario, pero no se entregaron oportunamente.
En materia de salud sexual y reproductiva, anticipó cambios por la incorporación del derecho a decidir en interrupción legal del embarazo (ILE) y la necesidad de capacitar al personal frente a la objeción de conciencia.
Finalmente, admitió que los temas más conflictivos para el IMSS siguen siendo los relacionados con la comunidad LGBT+, la infancia y la discapacidad, al ser los que generan mayor tensión pública y jurídica.
Un retrato de crisis interna
De viva voz, la funcionaria del IMSS deja ver un panorama complejo: almacenes vaciándose, cirugías pospuestas, políticas de inclusión aún sin resolver y presión constante sobre equipos. Aunque Velázquez Bolio intentó transmitir que “se están conteniendo las crisis” y que las compras consolidadas mejorarán el abasto en semanas, el registro muestra que la vulnerabilidad de los grupos atendidos sigue siendo estructural.
