Los adolescentes trans comienzan un tratamiento hormonal tras una “evaluación diagnóstica exhaustiva” no lo abandonan.
Un estudio publicado en The Lancet’, realizado en Holanda, evaluó la continuidad de este tipo de medicación en menores de edad: de los 720 pacientes estudiados que lo iniciaron, 702 (un 98%) lo mantuvieron entre tres y seis años después.
Esta investigación se concentró en pacientes del Centro de Disforia de Género en el Centro Médico de la Universidad VU de Ámsterdam, pionero y de referencia en estos tratamientos, que ha atendido a miles de personas con incongruencia de género: aquellas a las que al nacer se les asignó uno con el que no se sienten identificadas.
A través de los registros clínicos, los investigadores comprobaron cuántos de estos adolescentes que tomaron los bloqueadores de la pubertad antes de los 18 e iniciaron posteriormente un tratamiento hormonal siguieron con la prescripción de estos fármacos.
La mediana de edad del comienzo del tratamiento fue de 14,1 años a quienes le asignaron género masculino al nacer y 16 para el femenino, el seguimiento duró hasta los 20,2 y 19,2 años respectivamente.
El estudio en todo momento habla de “disforia de género”, un término que la Organización Mundial de la Salud desterró en 2018, cuando descatalogó la transexualidad como enfermedad, para tratarla como “una condición relativa a la salud sexual” y nominarla como “incongruencia de género”.
En Holanda, donde se ha desarrollado el estudio, hasta los 16 años, los menores transgénero necesitan el permiso de los padres para enfilar la vía médica del cambio que desean.