La adopción entre parejas del mismo sexo, no ha logrado ser una realidad en todo el país a pesar de que lo que se busca es el interés superior de la niñez en su derecho a contar con una familia, situación que desde 2010 en la CdMx ya es una realidad.
Así lo expresó en conferencia de prensa el activista por los derechos humanos Luis Berdeja, quien refirió que:
“En 2017 la Suprema Corte de Justicia ha señalado que es inconstitucional el que no se permita las parejas del mismo sexo formar una familia“
De forma paralela, de acuerdo a datos de los últimos cinco años, “en México existían 30 mil niños que esperaban ser adoptados, de los cuales dos mil 371 ya fueron integrados a una familia, pero solo cinco fueron entregados a parejas homo y lesbo parentales”.
Estos datos “significan que todavía existen muchos prejuicios en torno a este tema, recordemos que solamente 16 estados de la República reconocen el matrimonio igualitario, incluyendo Aguascalientes, lo que es algo importante para nosotros por lo que estamos buscando que esto de la adopción de menores sea aquí y en todo el país una realidad”.
Para esto, “se tiene que combatir la discriminación y lograr una mayor igualdad en relación con la adopción de niños, porque sabemos, por experiencia de algunas parejas de diversas partes del país, que nos han compartido que existen argumentos para persuadir a las parejas con intención de adoptar pues se les menciona que no queda claro quien es la mamá y quién el papá”.
Se les menciona también que:
“Los niños adoptados por parejas del mismo sexo están en riesgo de sufrir mucha violencia en las escuelas y esto hace que la pareja se desmotive, se desaniman y abandonan las gestiones” Luis Berdeja, activista por los derechos humanos.
En este contexto, “algo importante que vale la pena recalcar es que incluso las instancias internacionales como la ONU y la Organización Mundial de la Salud, han confirmado que no existe evidencia científica de que los niños que viven en hogares de parejas del mismo sexo presenten problemas emocionales o psicológicos, sino que, todo lo contrario, son niños que se comportan como los hijos de cualquier otra pareja”.
En este entendido, “hay algo bien importante, se ha descubierto que los niños adoptados por estas parejas homo y lesbo parentales son más respetuosos ante la diversidad, incluso también más tolerantes con las diferencias”.
