El señalamiento y la “vergüenza” social de tener una ITS

Por Alaín Pinzón

He observado que existe un ejercicio muy inquietante dentro de la comunidad de homosexuales. Una especie de prejuicio con un dejo de “mochés” cuando se habla de Infecciones de Transmisión Sexual. Pasa por el prejuicio porque en automático cuando una persona dice que tiene VPH o sífilis, gonorrea, clamidia, chancros o ladillas, parece que hay una “valía homosexual” que se pierde, se diluye. 

Inician los comentarios tales como “qué puta” “pues con cuantos cogiste” “es que solo coges a pelo” Incluso me he percatado que las ITS atraviesan por el clasismo, “es que te gusta puro chacal” “te vas a meter a vapores bien corrientes” “te gusta lo barato y lo barato sale caro”. Frases que impactan directamente no solo en la autoestima de la persona, sino que también cuestionan las prácticas sexuales entre hombres.

Otro comportamiento que aparece con regularidad es que la persona con alguna ITS empieza a sentirse sin esa “valía”; no hay confianza de decirle a alguien cercano o lejano al respecto de lo que está pasando en nuestros genitales. Eso que parece un silencio social acerca de las Infecciones de Transmisión Sexual trae consecuencias bastante graves. Lo que al principio parecía una simple sífilis, con el tiempo se convierte en neurosífilis y lo que eran unas pequeñas verrugas en el ano o pene, toman la forma de algo mucho mayor, molesto e incómodo. Pero el silencio y la vergüenza siguen siendo más grandes para hablarlo, bueno, ya no digamos hablarlo ¡De tratarlo!

Nos creemos tanto esos discursillos avergonzantes de nuestras prácticas que pensamos que, si voy al doctor, pues qué va a pensar el doctor, ¿Qué me metí con 20? Y si le digo a mi circulo de amigos pues seguro van a creer que si voy a coger a pelo siempre con todos los hombres que se me pongan enfrente. El problema no es si nos acostamos con 20, con 50 o con 1, el problema es que pensamos que nuestras prácticas sexuales deben estar regladas por este discurso heteronormado de la monogamia y la “normalidad de la pareja” o incluso de la pureza y “ser bien portado” y solo tener sexo con una persona. 

Aprendamos a disfrutar nuestra sexualidad, aprendamos a ser responsables con nosotrxs mismxs y si vemos que hay algo que no debería estar en nuestros genitales, vayamos a buscar tratamiento. Pero sobre todo aprendamos a no hacer juicios sobre la vida sexual de las personas. Porque irremediablemente ese escupitajo que hicimos hacia arriba nos puede caer en la boca. Nadie está exenta de una ITS. Acompañemos sin juicios y observaciones innecesarias, porque no sabemos qué día vamos a necesitar esa empatía que no pudimos dar.

Post Author: anodis