¿Cómo es ser madre lesbiana en una comunidad judía ortodoxa?

Unorthodox es una miniserie de 4 capítulos de Netflix -de esas que tranquilamente te ves en una tarde, sobretodo en época de confinamiento-, que se basa en la historia real de una chica que huyó de su comunidad judía ortodoxa, afincada en Brooklyn, Nueva York.

Una secta llamada Satmar Hasidim, formada en su mayoría por víctimas y descendientes de víctimas del Holocausto donde Deborah Feldman, que es la mujer que escribe su biografía y sobre quien se basa en parte la serie, se crió con su abuela, ferviente participante de su credo y quien sueña, aun con todo el amor que le tiene a su nieta, que se case y pase a ser propiedad su marido.

La protagonista de la historia no es Deborah, sino que Easty. Easty es un personaje medio ficticio y medio real, porque está inspirada en las vivencias de Deborah.

Easty pertenece a esta comunidad judía ortodoxa, desde el primer momento sabemos que su madre “está loca”, como se comenta, y que es “huérfana”, como le dicen.

La vida en una secta como esta no es fácil para Easty ni para ninguna mujer, puesto que solo se les considera aptas para tener hijos y cocinar. No pueden ni siquiera estudiar o hacer algo tan sencillo como cantar. Easty cruza el océano sola, casi sin dinero y sin contacto alguno.

No vamos a hacerte spolier, claro, solo que en Berlín, ciudad a la que se dirige, reside su madre. Rápidamente nos enteramos de que su madre es lesbiana.

Aunque el personaje de la madre es secundario, es sin un duda muy poderoso en la trama, porque por ese lesbianismo la madre ha sido profundamente vilipendiada y amenazada por la comunidad, por culpa del lesbianismo lo perdió todo. En la serie se retrata muy bien.

Una cinta que nos recuerda muchísimo a Disobedience, la maravillosa película de Rachel Weisz sobre otro guetto judío y que se ha basado en la autobiografía de la propia Déborah: No ortodoxa, o mi rabioso rechazo hacia mis raices judías.

La cinta va mucho más allá de la sexualidad, que no deja de ser una seña más de individualidad. Para la comunidad judía en la que residía nuestra protagonista, tanto la menstruación como leer, tocar un instrumento o cantar…todo es vergonzoso si eres mujer y por tanto debes de esconderlo.

Post Author: anodis